10/15/2007

Fragmento sobre el fútbol

El jugador se desdobla en tiempos cortos, ocupa espacios insondables a las líneas imaginarias que dibujan los defensores, hace correr la pelota de cuero– “cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna”-, mientras su cuerpo se transforma en pájaro y estatua, y finalmente, aunque esto ya es baladí, anota el gol. En el festejo se vuelve humano. Y todos nos abrazamos. Agradecemos este invento, este artefacto que podría justificar nuestra existencia.